En Europa no hay impuesto al Sol
Lo dice la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que acaba de publicar un estudio que disecciona el informe que ha elaborado el Ministerio de Energía sobre el autoconsumo. El Ministerio asegura en su informe que todos los países que han revisado su regulación sobre el autoconsumo “han establecido cargos asociados al autoconsumo para contribuir a los costes del sistema”. UNEF no se anda con rodeos, sostiene que eso es “rotundamente falso” y repasa en su informe la regulación de un montón de países europeos (y algunos estados americanos).
El impuesto al sol es una tasa que el ministro de Industria, Energía y Turismo José Manuel Soria –y el que era entonces su secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal– se inventaron en octubre de 2015 para gravar los kilovatios hora que produzco en el tejado de mi casa, recorren el cableado de mi hogar y consumo en el frigorífico de mi cocina, es decir, kilovatios hora (kWh) que no llegan jamás a la red. El ministro Soria (y su secretario Nadal) justificaban su impuesto al grito de “señores autoconsumidores, no sean ustedes insolidarios con los demás consumidores de electricidad, no quieran ustedes ahorrarse los costes del sistema”.
El argumento que han empleado el señor Soria y sus sucesores es este: si cada kilovatio hora que un consumidor saca de la red lleva asociados unos impuestos que sirven para el mantenimiento del sistema todo y un autoconsumidor se ahorra unos kWh (que ya no tiene que sacar de la red porque los genera en casa), pues al final lo que el autoconsumidor se ahorra lo tendrán que pagar entre los demás consumidores; por eso establecemos el impuesto al Sol. El argumento, discutible en términos absolutos, acaba siendo kafkiano -acaba derivando hacia el más absoluto absurdo- si lo relativizamos, es decir, si lo comparamos. Y, para demostrarlo, nada mejor que un ejemplo.
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Fuente: www.energias-renovables.com