El fraude de las subastas eléctricas costó 2.000 millones de euros a la ciudadanía española durante la crisis
Cada trimestre, las subastas eléctricas se convertían en un nido de especulación financiera y manipulación de precios que luego se trasladaban al recibo de la luz. Entre 2008 y 2013, este sistema cargó al bolsillo de los consumidores domésticos un sobrecoste de 2.000 millones.
En diciembre de 2013, el Ministerio de Industria y Energía tuvo que fulminar de forma urgente el sistema de subastas eléctricas que en los últimos años había servido para fijar los precios de la parte no regulada del recibo de la luz, el término de energía.
Fue tal el nivel de especulación financiera y manipulación del precio mayorista al que jugaron algunos de los agentes implicados en la subasta que los precios del megavatio-hora (MW/h) se dispararon hasta el punto de que el Gobierno se vio obligado a intervenir el sistema y suspender la puja.
Ha pasado poco más de un año y salen ahora a la luz los sobrecostes asumidos por todos los años previos por el funcionamiento poco transparente de las subastas.
Un exhaustivo informe elaborado por Red Eléctrica señala que entre 2008 y 2013, los años de la crisis económica, “las personas consumidoras domésticas hemos pagado una prima de riesgo por contratar al precio fijo resultante de las subastas Cesur, frente a haber asumido los precios horarios del mercado diario (PVPC)”, el sistema de cotización diaria que funciona desde 2014 en sustitución del modelo de subasta.
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