E.ON se va de España y Portugal para apostar por las renovables
El gigante alemán E.ON está haciendo limpieza a fondo en casa. En tan solo un día anuncia que vende todos sus negocios de España y Portugal a Macquarie European Infrastructure Fund IV, es decir, 650.000 clientes de electricidad y gas, 32.000 kilómetros de red y una capacidad instalada de 4GW, y aprueba una estrategia corporativa que pone todas sus fichas en las renovables.
La mayor compañía energética alemana E.ON ha dado el campanazo, con un giro de 180º en sus estrategias de negocio. Parece ser que la presión de la revolución energética ha provocado un cambio de rumbo de consecuencias aún desconocidas. No es un suicidio por miedo a la muerte, es una de las empresas de energía mejor gestionada del mundo, pero sabe que la era de las grandes eléctricas centralizadas está llegando a su fin. El eco de este trueno resonará durante mucho tiempo en Europa, porque a partir de ahora E.ON se convertirá en dos empresas de tamaño medio, una dedicada al desarrollo de las energías verdes y las redes, y la otra, más pequeña, para las centrales eléctricas y las comercialización de energía.
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